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Aprender Europa 2

Presentación

Presentación

El fenómeno de las migraciones, aunque se produjo en el pasado, se está produciendo de forma masiva actualmente, y casi con seguridad, se producirá en el futuro, no resulta aceptado, ni siquiera es considerado algo neutro para la mayoría de las personas de los países receptores de emigrantes. Esta falta de aceptación se manifiesta en los tres ámbitos humanos: el del conocimiento, el de los sentimientos y el del comportamiento, generando uno de los más graves males  morales de los seres humanos, la xenofobia, que al igual que el racismo, no es percibida ni personalmente ni en el entorno ideológico, por lo que es negada y, por tanto, sostenida y justificada.

Es pues, también como el racismo, generalmente inconsciente, por lo que su tratamiento es más difícil aún que en el caso de la xenofobia reconocida.

La utilización sistemática de estereotipos con respecto a los emigrantes es el mayor problema con el que nos encontramos.

Elliot Aronson, en su obra El animal social [1]. (Páginas 275-6) explica que todas las personas queremos ser justas, ser buenas, tener razón. Sin embargo la realidad es que nos portamos mal con nuestros semejantes y consentimos que ese mal comportamiento sea generalizado, solo tenemos que ver imágenes de los campos de refugiados sirios. Esto es posible, dice Aronson, porque empleamos estereotipos, y dice con respecto a los estereotipos:

Los estereotipos no se construyen principalmente sobre experiencias válidas sino que se forman a partir de rumores e imágenes confeccionadas por los medios de comunicación, o se generan en nuestra cabeza como medio de justificación de nuestros propios prejuicios, y de nuestra propia crueldad. De la misma forma que cuando hablamos de la profecía que se autocumple, resulta útil pensar en los negros y los latinos como en gente estúpida o peligrosa, si ello justifica privarles de educación o negarles la libertad condicional; y es útil pensar en las mujeres como seres predispuestos biológicamente al trabajo doméstico, si una sociedad dominada por los machos quiere mantenerlas atadas a la aspiradora. De la misma manera, resulta útil percibir a los individuos de las clases más bajas como personas con menor iniciativa, menos inteligentes y con tendencia hacia las conductas delictivas, si queremos pagarles lo mínimo posible por hacer los trabajos más desagradables. En tales casos, el proceder a estereotipar es sin duda abusivo. Aunque el estereotipo parezca neutro o positivo, debe quedar claro que el estereotipar puede resultar muy ingrato para quien lo sufre. Por ejemplo, no es nítidamente negativo atribuir “capacidad de iniciativa y ambición” a los judíos, o “sentido natural del ritmo” a los negros; pero, en realidad, ya es injusto el simple hecho de quitarle a un individuo concreto, sea judío o negro, el derecho a ser tratado como un individuo con sus propios rasgos individuales, sean estos positivos o negativos.

Elliot Aronson

 Si a este análisis añadimos lo que dice Umberto Eco en su conferencia “Construir al enemigo”[2], ya tenemos varios elementos de juicio para empezar a desmontar la xenofobia. Eco en este texto hace un recorrido por las distintas consideraciones que a lo largo de los tiempos se tienen con respecto a los extranjeros. Se dice que son hediondos, que tienen mala pinta, que son de clase inferior, que están sucios, que llevan la ropa rota, fea y vieja. El odio se acrecienta por la misoginia contra las mujeres: son prostitutas, brujas, son sucias y con aspecto malo generalizado (pág. 29 del texto citado). Son, además, portadores de enfermedades.

Así pues, se construye una imagen del enemigo, generalmente a través de los medios de comunicación de masas, y luego se fuerza a esos seres “imaginados” a que acepten la imagen impuesta. Y eso es lo que se hace con los emigrantes.

Eco asegura que siempre necesitamos enemigos (si no son personas son fuerzas de la naturaleza) y en nuestras sociedades, ese papel lo están cumpliendo los emigrantes, que además nos empobrecen al recibir todas las ayudas sociales que no conseguimos los nativos, cobrando sueldos muy bajos, destrozando las viviendas, etc., etc., y, por supuesto, defraudan el sistema.

Para comprobar esto, se pedirá al alumnado que traiga noticias de diarios, digitales o en papel, en la que se de una visión de los emigrantes, para poder analizar que es lo que se transmite exactamente. Así, pues, los medios de comunicación serán una herramienta importante en esta unidad didáctica.

En esta Unidad didáctica se intentará hacer un poco de gramática moral, empezando por clarificar los conceptos, o mejor dicho, las familias de conceptos involucrados en nuestra consideración de la emigración.

El papel de la ética sería intentar lograr la empatía. Frente al “enemigo”, buscaremos la posibilidad de relacionarnos con el “amigo”. Por cierto, la empatía es uno, sino el único, de los valores morales reconocibles por el alumnado y la única virtud que pretenden tener, mostrándose en realidad con una escasa, por no decir nula, empatía.

Esto es debido a un uso inadecuado y limitado de las palabras, de los conceptos, y sobre todo de los conceptos morales.

Sócrates empleó toda su inteligencia en perfeccionar un método, la mayéutica, que conseguía definir los términos de los que se trataba. Por lo general, las personas tenemos en la cabeza significados diferentes para la misma palabra, por lo que resulta difícil llegar a acuerdos. Además en este momento nuestro alumnado emplea muy pocas palabras diferentes. Es generalizado que digan ante cualquier cosa que les gusta Guay, Mola…, de modo y manera que no se explican tampoco a sí mismos lo que sienten o piensan.

La Semántica (es la ciencia que estudia las relaciones entre los signos y lo que estos designan. Lo designado es el conjunto de notas, propiedades o características a las que hace referencia el signo.) no tiene en el alumnado un lugar preciso, por lo que se está sustituyendo el uso consensuado de las palabras, por un uso “particular”, que responde a la ley del deseo o del gusto personal. A esto hay que añadir la ausencia de priorización de valores, y ya tenemos el panorama de la desorientación moral de las personas adolescentes.

El proceso de comunicación se suele explicar de la siguiente manera:

Los factores que intervienen en el proceso de comunicación se agrupan en cinco categorías:

  • Emisor: es alguien que expresa una información
  • Receptor. Es quien o quienes reciben la información y la interpretan
  • Mensaje. Es el contenido de la información, aquello de lo que se trata
  • Canal. Es el soporte material que hace posible el paso del mensaje del emisor al receptor a través del tiempo y el espacio
  • Código. Es un conjunto sistemático y reiterativo de signos y normas que se utiliza para transmitir comunicaciones o mensajes

No se debe olvidar el ruido, que es todo aquello que distorsiona o impide una buena recepción. Haremos hincapié especial en el ruido, sobretodo el de los medios de comunicación de masas. Uno de los aspectos más oscuros de la emigración ilegal o la realizada por medio de mafias, es el hecho de las agresiones sexuales que sufren las niñas, los niños y las mujeres. Incluso en la emigracion normalizada, las mujeres tienen más dificultades, al percibírselas  más débiles que a los varones. Es preciso que comprendan esta situación especial de desamparo que sufren y la necesidad de exigir una intervención eficaz.

 

[1] Elliot Aronson, El animal social. Trad. A. Escohotado. Revisión técnica Andrea Morales y Graciela Colombo. Alianza Ed. Madrid

[2] Umberto Eco, Construir al enemigo, Trad. Helena Lozano Miralles, Edit. Lumen, Barcelona 2012